jueves, 17 de septiembre de 2015

Tips para vivir sano y feliz

1. Come lo esencial El sentido común nos dicta que la mejor dieta es aquella que se basa en los alimentos de los cuales hemos venido subsistiendo desde los tiempos más antiguos en este planeta. Estos son los alimentos, después de todo, a los cuales nos hemos adaptado. Recientes estudios demuestran que una dieta ‘básica’ que contenga frutas, vegetales, nueces y semillas, así como carne, pescado y huevo, es la mejor alternativa para controlar nuestro peso y prevenir riesgos de enfermedades como la diabetes o dolencias cardiacas. Este retorno a lo básico te permitirá pasar por encima del marketing alimenticio (sí, no necesitas de esa comida hipocalórica instantánea para microondas para sobrevivir, y tampoco necesitas de esos yogures deslactosados sin calorías para mantenerte en línea). Vuelve a lo básico, es bueno para tu salud y para tu bolsillo. 

2. Mantente hidratada El agua constituye dos tercios del peso de tu cuerpo y desarrolla un sinfín de funciones en tu organismo, que incluyen desde ser un solvente, un cargador de nutrientes, un regulador de la temperatura y un desintoxicante del cuerpo. Mantener la hidratación puede tener una profunda influencia en los niveles de vitalidad y energía, incluyendo la agudeza mental. Trata de tomar el agua suficiente como para que tu orina salga casi transparente durante todo el día. Otra táctica que puede ayudarte es siempre cargar una botella de agua en la mano. 

3. Presta atención a lo que comes Seguramente hoy tuviste 3 reuniones en la mañana, después recogiste los niños, hiciste mercado y fuiste al gimnasio. ¿Qué comiste? Te sorprendería saber que no lo recuerdas con certeza, y probablemente menos tienes idea sobre la cantidad. Con la rapidez con la que se mueve el mundo hoy en día, las personas han caído en la tendencia de comer de manera distraída, muchas veces comiendo más de lo que toca. Comemos por comer, y no disfrutando de ello. Intenta comer despacio, disfrutando cada gota de la comida, así también controlas la cantidad, quedando satisfecha. No niegues que después de comerte un paquete familiar entero de papas fritas mientras veías por milésima vez ‘El diario de Bridget Jones’ te hizo sentir horriblemente culpable durante una semana (sin contar la acidez que soportaste esa noche). Haz pausas durante el día. Siéntate en una mesa. Organiza un lindo plato. 

4. toma el sol El sol, y la Vitamina D que este fija en el cuerpo, se asocia a un amplio espectro de beneficios para el cuerpo, incluyendo la reducción del riesgo de varios tipos de cáncer, enfermedades del corazón, esclerosis múltiple y osteoporosis, así como la mejora del sistema inmune. Eso sí, asegúrate de usar protector solar, pues mientras debes evitar quemarte, también necesitas la mayor exposición al sol para una buena salud. 

5. …Y en el invierno Los bajos niveles de sol en el invierno (o si vives en ciudades frías, como los capitalinos), pueden hacer que no estés muy bien de ánimo. Incluso si hace frio, trata de tener una exposición a la luz del día. Aprovecha para usar ropa que no podrías usar en una playa, como abrigos (uno rojo con vestido negro y tacones negros puede ser muy chic… muy Audrey Hepburn), bufandas de cachemir (son adorables), guantes de cuero, y algún sombrero de moda (pero asesórate con tu amiga más fashion). 

6. Entrégate a los brazos de Morfeo Dormir no sólo mejora tu capacidad y energía metal y física, también reduce el riesgo de enfermedades crónicas y mejora la longevidad. Duerme 8 horas diarias. Además, lo que dormir hace para tu piel es increíble. La regenera. Una estrategia simple que asegura que duermas lo suficiente es ir a la cama más temprano. Estar metida entre las cobijas a las 10 de la noche es una increíble inversión en términos de tu salud, a corto y largo plazo. Aprovecha. No hay nada más placentero que llegar extenuada, lavarte la cara, meterte calentita entre tu pijama, y ¡a la cama! 

7. Camina regularmente El ejercicio aeróbico, incluyendo algo tan simple como caminar (bajo impacto), se asocia con una variedad de beneficios para el cuerpo y el cerebro, incluyendo un reducido riesgo de enfermedades crónicas, anti-ansiedad y te pone de buen humor. Trata de caminar por lo menos 30 minutos diarios. Los estudios muestran que la cantidad total de pequeñas sesiones de ejercicio suman como una larga seguida, por lo cual no te preocupes de caminar la media hora seguida. Camina al trabajo, sube escaleras, al supermercado, haz ‘window-shopping’ por el centro comercial, saca a pasear a tu perro. Para hacerlo más divertido ponte el ipod, radio del celular, mp3, etc… incluso la música te hará caminar más rápido, sin que te des cuenta. Te sorprenderá que si caminas del trabajo a la casa (si la distancia no es exagerada), llegas más rápido en horas pico que si fueras en carro, porque evitas el trancón. 

8. Trata de hacer ejercicio de resistencia El ejercicio de resistencia ayuda a mantener la masa muscular y a fortalecer el cuerpo. Esto tiene una particular relevancia a medida que envejecemos, mientras reduce el riesgo de incapacidades y caídas. Hay muchos ejercicios útiles que puedes hacer desde tu casa, como sentadillas, abdominales y lagartijas. Invierte en una banda elástica y en pequeñas pesas para ampliar tu rutina de ejercicios. Puedes hacerlos mientras miras las noticias, o tu película preferida. 

9. Haz bien a los otros de vez en cuando Hacer el bien no sólo es bueno para los demás, el beneficio es el mismo para ti. Puede ser desde una llamada a alguien que quieres, y con quien habías perdido contacto, ceder tu puesto en el bus o en la sala de espera, comprar algo de comer para alguien que lo necesita, o darle un ramo de flores a tu mamá (o a tu mejor amiga). Trata de hacer un acto de bondad cada día (aunque, generalmente hablando, entre más, mejor). 

10. Práctica el arte de la apreciación 

La vida moderna tiende a ser inmensamente aspiracional, y, como resultado, podremos vernos fácilmente persiguiendo una eterna lista de cosas que debemos ser y hacer, (y tener, puesto que muchas son materiales) para ser felices. Muchos de nosotros gastamos más tiempo enfocándonos en lo que no tenemos, en vez de lo que hacemos. Cambia esa actitud. Puedes mejorar tu ánimo desde dar gracias en la mañana por los amigos que tienes, por la familia, porque dormiste feliz en una cama suave, por que el sol entra exquisitamente por la ventana, porque vas a iniciar el día con tu desayuno favorito. Saca lo bueno de las pequeñas cosas y camina pequeños pasos hacia tu destino soñado.